27 septiembre 2011

ARGUMENTOS DEMOLEDORES

Título: Deathlok. El Demoledor (Colección 100% Marvel), Autores: Charlie Huston, Lan Medina, Editorial: Panini, Formato: Rústica, 176 páginas, Precio: 15€.

DEATHLOK EL DEMOLEDOR, de Charlie Huston y Lan Medina, me recuerda en su contundente violencia de marcado carácter individualista y anárquico al ROBOCOP de Frank Miller y a los cómics más brutales y menos indies de David Lapham, como TERROR INC.
Huston ya hizo gala de una inusitada oscuridad en su revitalización de EL CABALLERO LUNA (también de Marvel Comics), con el arte de David Finch ilustrando las sangrientas páginas de un antihéroe, que como este, se debatía interiormente con sus demonios al tiempo que lo hacía físicamente con sus adversarios.
Como curiosidad señalar el cambio de raza del alter ego (más o menos) de Deathlok, el capitán Luther Manning, negro en los viejos cómics de los 70 y blanco ahora, sin que eso suponga diferencia alguna, aun menos dado el aspecto de zombi cibernético del cyborg asesino (cuando tanto debate parece traer en ocasiones el cambio de aspecto a la inversa de otros personajes Marvel más célebres).
Los abundantes diálogos que acompañan las salvajadas futuristas que nos muestran sus páginas no solo descargan un negrísimo humor e ironía, sino también una perorata de ciencia ficción cyberpunk muy del estilo de las que Warren Ellis suele desgranar en muchos de sus cómics, que el exagerado tono de la historia agradece.
De sus nada cándidos personajes, (hasta la niña pequeña que ocasionalmente acompaña a Deathlok parece bastante sádica) se desprenden críticas feroces a los problemas de la sociedad actual, reflejo sin duda del momento de descreimiento y lógico pesimismo general, no dejando títere con cabeza en cuanto a mostrar una mercantilización de la vida humana hasta extremos tan exagerados como inquietantemente creíbles hoy día.
Nada nuevo, por otra parte, en fábulas futuristas hiperviolentas como la ya clásica JUEZ DREDD (del que se ha editado hace bien poco un nuevo volumen inédito a color) , gran influencia sin duda tanto en el mencionado ROBOCOP del cómic y el cine como en este revisado DEATHLOK, que sin ser un gran cómic para el recuerdo, deja un poso de buen entretenimiento y agridulce optimismo por las futuras posibilidades de tan olvidado personaje.

J. A. Santiago

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