25 febrero 2011

ESO DE LOS TEBEOS, NIÑO

Título: PADRES AUSENTES
Autor: PABLO MUÑOZ
Editorial: ALPHA DECAY
Páginas: 64
PVP: 6,50 €

Puede suceder que el lector de Padres ausentes no haya leído un tebeo de superhéroes en su vida, aunque dudo que se dé el caso. Lo más normal es que se trate de un lector casual o habitual del género. Y digo esto porque me da la sensación de que hoy en día todo dios lee tebeos, lo cual está muy bien y me hace sentir de lo más feliz. Recuerdo con repelús cuando esto del vicio era poco menos que un estigma, una tara cultural. O peor aún, un target sociológico –y que me perdone el bueno de Umberto Eco–. Anécdotas del asunto las tengo a porrillo, como, por ejemplo, aquella primera vez que fui a Sevilla a comprar tebeos sin mapa ni dirección alguna y entré en una librería de las de toda la vida, con nombre de poeta, muy rancia y ordenada, y dije en voz alta: “¿Saben ustedes dónde venden tebeos en Sevilla, así en serio?”. Me contestó jocoso y con sorna el dependiente, también rancio y ordenado, pertrechado tras una pila de libros como el que se esconde detrás de unos vidrios vacíos en la taberna: “Pero es que, niño, eso de los tebeos no es nada serio”.
Claro está que el viaje de Córdoba a Sevilla no era precisamente homérico, pero tenía su aquel. Entraba uno como en otra dimensión, la de las tres y hasta cuatro librerías especializadas, en lugar del gastado y consabido antro de siempre. La del cómic americano en inglés o los tebeos españoles finos e importantes y, por lo mismo, raros de encontrar. Y bueno, cada cosa tiene su idiosincrasia. Me viene a la cabeza también lo de cuando fui otra vez a Sevilla –párenme que me embalo–, un lunes o martes de Semana Santa, y estaban cerradas todas las tiendas, por decreto divino, y me quedé todo el día pegado al escaparate, a escasos centímetros de aquellos tebeos, esperando en vano que sucediera un milagro… Porque hay tipos, como Pablo Muñoz o como yo, a los que eso de hacer turismo, mismamente darse un paseíto, cuando lo que se ha ido es a comprar tebeos, les parece un sinsentido. Haya o no donde comprarlos.
Vean que me tomo aquí más libertades de la cuenta, pues no es que conozca yo realmente a Pablo. Si hablo con cercanía del artista también llamado Alvy Singer, no es tanto por haber leído sus comentarios en blogs o revistas que se apellidan culturales, sino precisamente por Padres ausentes. Porque me ha parecido a ratos que el libro me hablaba en voz alta, de cosas ajenas y, sin embargo, parecidas a las mías, del amor adolescente por los tebeos de superhéroes y del afán coleccionista y el interés enciclopédico y el gusto selectivo en materia de historieta. Es el libro un autorretrato sentimental y también un comentario breve, apenas un apunte, sobre la imaginería propia de un lector de tebeos, pero un apunte consistente, ameno e incisivo que conecta los deseos íntimos del aficionado con la cosmogonía del Millar de 1985 y tiene, entre otras muchas cosas, La fortaleza de la soledad, de Jonatham Lethem, y Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, de Michael Chabon, como telón de fondo.
Está chulo. Seguro que les gusta.

Javier Fernández

24 febrero 2011

CLUB DE LECTURA DE COMICS

Os hacemos partícipes de una gran noticia!!!, Crash Comics en colaboración con la biblioteca Central de Córdoba vamos a iniciar un Club de lectura de tebeos. Os adjunto la info, así como un enlace con la página de la biblioteca donde podreis encontrar más información. Para apuntaros al Club podeis pasaros por Crash Comics o por la Biblioteca Central, rellenar el formulario de inscripción y entregarlo en la biblioteca.

Lectura de COMIC: para adultos de todas las edades
1ª reunión: viernes 4 de marzo a las 18:00 h.
Es necesaria la incripción previa para participar

¿Cómo participar en el club de lectura de Cómic?
Pueden formar parte de él todas aquellas personas que tengan ganas de leer y compartir sus lecturas con antiguos o nuevos amigos.
¿Qué requisitos son necesarios para participar?
Estar en posesión de la Tarjeta de lector de la Red de Lectura Pública de Andalucía. (puedes obtenerla en la Red Municipal de Bibliotecas de Córdoba o en cualquier otra biblioteca de la Red de Lectura Pública de Andalucía) y ser mayor de 14 años.
Si estás interesado en participar en este club de lectura de Cómic puedes hacerlo, ahora es el momento.
Debes rellenar el formulario de inscripción que se encuentra en cualquiera de las bibliotecas de la Red Municipal, en la Casa de la Juventud, la Fundación Kaufman y en las librerías: Luque, Títere y Ala Delta. Y entregarlo en cualquier biblioteca de la red Municipal de Bibliotecas: Biblioteca Central, Biblioteca Alcolea, Biblioteca Arrabal del Sur, Biblioteca Corredera, Biblioteca Levante, Biblioteca Moreras, Biblioteca Norte y Poniente Sur.
No pierdas esta oportunidad
¡¡ PLAZAS LIMITADAS !!

22 febrero 2011

REQUIEM POR LOS QUE VAN A MORIR

Título: JLA nº1: Réquiem por la justicia (Justice League Cry for Justice # 1-7 USA)
Autor: (guión) James Robinson, (dibujo) Mauro Cascioli y otros
Formato: Libro rústica, 224 págs., color.
Pvp: 20€

Desde CRISIS DE IDENTIDAD no leía una historia con los superhéroes de DC que conmoviera de verdad por su calado dramático. Joss Whedon escribió en la introducción al tomo recopilatorio de aquella que le reveló a Ralph y Sue Dibny (Hombre Elástico y esposa) como sus personajes favoritos en los cómics de DC, por su desarmante humanidad.
Los grandes eventos posteriores a la CRISIS INFINITA de hace algunos años, CRISIS FINAL y LA NOCHE MAS OSCURA han brillado más por la frescura que Grant Morrison imprimió a la primera y por la épica que Geoff Johns importó desde las series de GREEN LANTERN a la segunda. Y todo ello en aventuras de esas más grandes que la vida plagadas paradójicamente de muertes y retornos efectistas.
Pero entonces llegaron dos recientes tomos de la JLA, escritos por James Robinson: REQUIEM POR LA JUSTICIA (que recogía la miniserie CRY FOR JUSTICE) y LA CAIDA DE GREEN ARROW. Ambos describen la formación de una Liga de la Justicia paralela a la clásica, a cargo de unos frustrados Hal Jordan y Oliver Queen, hartos de las recientes desgracias de las penúltimas crisis, que va a tomar una postura más radical y proactiva de lo habitual en el grupo de la trinidad heroica. Y vaya si lo harán a su pesar, porque una matanza enorme les caerá encima por culpa del sanguinario villano remasterizado de turno, tocando muy de cerca a algunos de ellos, lo que les hará cruzar más líneas morales incluso de las que tenían previstas y afrontar un mayor dolor de desproporcionas consecuencias.
Y es en LA CAIDA DE GREEN ARROW donde se describen esas consecuencias que hundirán a dos de esos héroes y romperá en pedazos (de nuevo) la cohesión de una LIGA DE LA JUSTICIA en horas bajas.
Lo mejor de este tomo, que agrupa diversas miniseries originales, es que se toma su espacio y su tiempo para narrar una coherente bajada a los infiernos de uno de sus protagonistas, y el daño vital que eso le causa a él y a sus amigos. Es meritorio que resulte interesante y entretenido en un género plagado de tragedias cada dos por tres, y que veamos (como ocurrió en CRISIS DE IDENTIDAD) como la espiral de dolor maltrata a unos personajes imperfectos y humanos. Fuera del universo DC, el equivalente más cercano en el tiempo que se me ocurre es DAREDEVIL, donde primero Brian Michael Bendis y luego Ed Brubaker, acompañados por un buen grupo de dibujantes, han narrado el particular vía crucis de Matt Murdock con un punto fuerte en la definición de personajes, incrementando positivamente el interés del lector adulto. Porque sin duda, dado su carácter violento, pausado y visiblemente alejado de los parámetros más manidos de la aventura de héroes clásica, son historias orientadas a un público adulto o al menos conocedor de los personajes sobre los que lee.
Volviendo a la JLA , resulta simpático como detalle el hecho de que estando el grupo en desbandada general y desmoralizado, sean los suplentes y sus últimas poco populares incorporaciones los que mantengan la sociedad heroica activa jugando en primera división.
Para sujetos como Mikaal Tomas o Congorila significa algo así como ese momento de LA NOCHE MÁS OSCURA donde Mera (la viuda de Aquaman, otro personaje poco relevante hasta entonces) y Átomo (Ray Palmer,de vuelta de su peor momento) se preguntan desconcertados en plena amenaza global:"¿Qué hacemos? ¿Como avisamos a Superman y Wonder Woman?", y Flash les responde: "Ahora mismo, vosotros sois Superman y Wonder Woman"...y a coger el toro por los cuernos.

J.A. Santiago

15 febrero 2011

LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA

Título: SUPERMÁN Y WONDER WOMAN (En homenaje a Gene Colan)
Autor: STEVE GERBER (guión), GENE COLAN (dibujos), entre otros
Editorial: PLANETA
Páginas: 464
PVP: 40 €

Hoy les recomiendo, directamente y sin más trámite, la lectura de la magnífica miniserie The Phantom Zone incluida en ese voluminoso tomo de homenaje a Gene Colan que ha editado recientemente Planeta. Eso sí, debo advertirles que la historieta en cuestión ocupa poco más de cien páginas, que el total del libro son cuatrocientas sesenta y tantas, y que el asunto tiene un precio en consecuencia. De los episodios de Wonder Woman que suponen las tres cuartas partes del tocho tendrán que buscar opinión en otro sitio, personalmente los considero relleno. Y es que, aún con la excusa del arte común de Gene Colan, se han incluido aquí dos arcos argumentales de comienzos de la década de 1980 que se parecen entre sí como un huevo a una castaña. La castaña, espero que les haya quedado claro, es lo de la princesa amazona.
Centrándonos en lo que importa, lamento que puestos a recuperar del olvido The Phantom Zone, no se le haya dedicado la atención que se merece; por lo pronto, la portada. La miniserie ambientada en la dimensión carcelaria descubierta en Krypton por el padre de Supermán, amplía los límites del universo DC sumando conceptos excitantes, explorando premisas inéditas y trayendo tempranamente al tebeo algo del realismo ganado con las adaptaciones fílmicas, en especial con el metraje rodado por Richard Donner. Es un tebeo delicioso, épico y pausado, bien dibujado y mejor escrito por el nunca suficientemente ponderado Steve Gerber, quien firma aquí una de esas numerosas joyas que jalonan su bibliografía. Qué quieren que les diga, sienta fenomenal leer argumentos tan excitantes, preñados de personajes creíbles, conceptos sugestivos y diálogos inteligentes. Lo que, en suma, viene siendo leer a Gerber –de quien, por desgracia, pero también por fortuna, queda tanto por descubrir en nuestro idioma–. Si encima está interpretado visualmente por Colan, el éxtasis es completo.
Por motivos de ahorro económico, pero sobre todo de consistencia narrativa, uno habría preferido ver esta estupenda miniserie en volumen aparte. Y ya puestos a pedir, pienso que el hipotético tomito hubiese quedado de lo más redondo de haberse incluido el número 97 de DC Comics Presents, una suerte de epílogo de The Phantom Zone escrito también por Gerber. No negaré que el apósito que propongo, dibujado por un Rick Veitch al que no sientan nada bien las tintas de Bob Smith, posee un aspecto bastante inferior a la miniserie, y admito también que el tono narrativo de ambas cosas es heterogéneo, pero no por ello deja de ser complementario. La suma ayuda a entender la intención de Gerber de darle a Supermán una dimensión trágica y a explicar la esencia de su heroísmo, que nada tiene que ver con volar o levantar coches a pulso.
Y bueno, finalmente y por si acaso, aprovecho para recordar a los editores que sus otras aportaciones al personaje, la divertida miniserie A.Bizarro y el binomio Last Son of Earth, Last Stand on Krypton –estos dos pertenecientes a los elseworlds–, siguen por ahí, en el limbo de lo pendiente de traducir.

Javier Fernández

07 febrero 2011

RETABLOS DE TERNURA Y DEGOLLINA

Título: FRANK (volumen 1)
Autor: JIM WOODRING
Editorial: FULGENCIO PIMENTEL
Páginas: 180
PVP: 30 €

Leyendo Frank he experimentado la fascinación que sentí al leer mi primer libro. Hace de aquello muchos años, casi treinta, y yo era entonces un niño de EGB que comenzaba a comprender las palabras. En aquella ocasión se trató de El fin de la eternidad, la novela de amor y viajes en el tiempo de Isaac Asimov, ya ven que no fue precisamente alta literatura. Ni falta que hace, el recuerdo que guarda uno de las primeras cosas, ya se sabe, es imborrable, como lo será siempre para mí aquella experiencia, mi gozosa entrada al mundo de la fantasía escrita. Recuerdo el deleite, la excitación estética, pero sobre todo intelectual, de mi mente en formación, la sensación de tener frente a mis ojos un territorio infinito, más grande que el mundo y de la misma naturaleza, expansible, que el universo. Sentir esto mismo, tres décadas, cientos de libros y miles de lecturas más tarde, no es algo frecuente, y sí mérito exclusivo del arte portentoso e imaginativo de Jim Woodring (Los Angeles, 1952).
Dice Francis Ford Coppola en la introducción incluida en este primer volumen de la serie, editado con mimo por Fulgencio Pimentel: “Frank es una creación tan extraña que no sé ni por dónde empezar a describirla. (…) Frank sólo es en sus propios y singulares términos. No conoce tiempo, ni espacio, ni lenguaje. Lo que no le impide brindarnos sus vívidos retablos de ternura y degollina, sacrificio y crueldad, amor y deslealtad, retablos que llegan a nosotros cuidadosamente envueltos, cual si fueran chucherías de otro mundo”. Como el gato Krazy, el perro Snoopy o el pato Howard, buena parte de las criaturas que pueblan Frank pertenecen al subgénero de lo antropomórfico, aunque no todas. Manhog, Whim, Lucky o el propio Frank tienen manos y piernas, y cabeza con ojos y boca, pero no así las Jivas o La Cart Blanche, parte esqueleto, parte tabla con ruedas. Y sí, ciertamente es extraña, surreal y maravillosa, la creación de Woodring, de modo que, antes que andar balbuceando, prefiero citar al propio autor y dejar que ustedes mismos se hagan una idea. Según el Dramatis Personae del libro, las Jivas son “almas condicionadas”; el Whim, “otra mala idea que encontró su forma peripatética y cobró vida como tal”; Manhog, “una vejiga atiborrada de pecado que se arrastra sobre las cuatro extremidades”, y a la que “nada le gustaría más que alejarse de todo y de todos para siempre”; en tanto que Frank –y ahora cito las palabras del epílogo– “no es un gato, ni un ratón, ni un castor, ni cualquier otra clase de criatura, sino un antropomorfo genérico (que no le debe) nada a nadie ni (ha) de satisfacer expectativa alguna”.
Encuentro que la publicación en el mercado hispanohablante de Frank es eso que hoy en día se califica demasiado alegremente de acontecimiento, esto es, un suceso que reviste importancia. El libro trae al lector en lengua castellana una obra extraordinaria, poética y de enorme fuerza visual. Una rara y singular joya, de esas que enriquecen y elevan el medio de la historieta. Les recomiendo que no se la pierdan.

Javier Fernández

03 febrero 2011

UNA (TRAS OTRA) DE ZOMBIS

Título: LOS MUERTOS VIVIENTES
Autores: ROBERT KIRKMAN (guión) y CHARLIE ADLARD (dibujos)
Editorial: PLANETA DeAGOSTINI
Páginas: 136
PVP: 7,5 €

Entro en Crash –la tienda, no la página– y me encuentro con un amigo que hace dos años que no veo, los mismos que he pasado en México. Es editor, como casi todo el mundo en estos tiempos, y rápidamente me muestra la novela de zombis que acaba de publicar. “Échale un ojo, es un libro magnífico”, me dice, y uno, que sabe descifrar los códigos del oficio, entiende lo siguiente: “Cómpratelo, se está vendiendo como rosquillas”. Ya pronto, al ritmo que van las cosas, buscaremos la descripción de un libro y nos toparemos más o menos con lo que sigue: “Género: Dos millones de ejemplares. Tema: Trescientas cincuenta mil copias sólo en España. Valoración personal: Veinte mil libros vendidos en una semana”. (Me acuerdo ahora de otro colega que me dijo una vez que estaba hasta las narices de las cuartas de cubierta de los libros, las contraportadas, hablando en cristiano. Y es que ahí atrás siempre te dicen que el libro es buenísimo, imprescindible, súper original, el mejor de todos los tiempos, una joya, un descaro, lo inaudito, la repanocha…, aunque se trate de la última edición del listín telefónico. Que no digo yo que sea una cosa mejor ni peor que la otra, las alabanzas hueras o las cifras de ventas, pero claro, hay que vender, ¿no? Sólo faltaría darle la vuelta al libro y ver impreso: “Una obra mediocre de un autor sobrevalorado, ideal para un lector como usted”.)
En fin, que, de un tiempo a esta parte, los zombis están por todos lados. Y eso está muy bien, no me malinterpreten. A mí me encantan las pelis del Romero y los Tales of the Zombie de Gerber y Marcos, y en su momento incluso edité –ya les dije que hoy día todo el mundo edita– la vendidísima “Zombi. Guía de supervivencia” de Max Brooks, un libro “buenísimo, imprescindible, etcétera”. Si será verdad que hay zombis hasta en la sopa que me ha dado por teclear la palabra “Zombie” en mycomicshop.com y me han salido 175 productos a la venta, lo que vale para algún que otro libro, pero sobre todo para series de cómics gringas y sus respectivas recopilaciones en tomo. Lo que se dice una morterada. Y si se habrá puesto de moda la cosa que de los 175 títulos, 135 tienen fecha de edición de 2005 en adelante. Así que me he dicho, bueno, pues vamos a hablar de una serie de zombis, de Los muertos vivientes, por ejemplo, que acaban de estrenarla en televisión y ha batido récords de audiencia en La Sexta.
De modo que ahí voy. Los muertos vivientes va de zombis. La cosa la escribe Robert Kirkman, el que escribió luego la parodia Marvel Zombies, otra de zombis, esta vez con superpoderes. La empezó dibujando Tony Moore y hace un buen que la dibuja Charlie Adlard. Se imprime en blanco y negro en papel satinado. Cada tomo español trae seis tebeos estadounidenses. Van doce, tomos. Yo me compré el primero, me pareció chulo y me compré cinco más. En algún momento empezó a parecerme más de lo mismo, me cansé y dejé de comprarla. Y hasta ahora.

Javier Fernández

02 febrero 2011

EL DEBUT REVISITADO

Título: JUEGO DE MANOS
Autores: JASON LUTES
Editorial: LA CÚPULA
Páginas: 160
PVP: 19 €

Aprovechando el anuncio por parte de Ediciones La Cúpula de la segunda edición, ahora en cartoné, de Juego de manos (Jar of Fools, 1994), he vuelto a leerme la novela gráfica de Jason Lutes (Nueva Jersey, 1967) para actualizar y compartirles mis sensaciones. El juicio resumido sería: me gustó la primera vez, me ha gustado aún más esta segunda. ¿Por qué? Porque la propuesta de Lutes, melancólica y atmosférica, se beneficia sin duda del tempo lento de una relectura pausada, del apaciguamiento que se sigue de conocer el devenir completo del argumento, esto es, de abandonarse al camino antes que a la meta.
Dos son las cosas que encuentro primeramente relevantes en Juego de manos, de una parte la rica y detallada composición de personajes, ese singular grupo de perdedores, los tontos del polisémico título original, atados a pesadas bolas sentimentales y empeñados en no deshacerse de sus ataduras. No es casualidad que los motivos principales usados aquí por Lutes remitan al truco, al timo, al mecanismo del engaño, que se vuelve autoengaño durante gran parte de este drama delgado y silencioso. La magia, la ilusión, se ha desprendido en el libro de su público, de toda comunicación, y es una técnica vacía, simple reflejo de las obsesiones de tipos rotos por dentro, emocional o físicamente, como Ernie, el protagonista, y Al, antes Flosso el Magnífico, con quien deambula en el frío y hermoso decorado urbano dibujado por el autor.
Hay en toda la obra una caracterización sofisticada, no sólo de los dos antes citados, sino de todas las figuras principales, así como de las secundarias. Y una cierta simetría en los primeros actores que habla de la evidente preocupación formal de Lutes. Los hombres de Juego de manos son débiles farsantes; las mujeres, invariablemente, masculinas; ellos construyen para sí mismos una realidad falsa en la que viven, ellas conviven, o mejor dicho, habitan en esa falsedad y buscan y necesitan emanciparse. Porque el destino de Esther y la pequeña Claire es la libertad, mientras que lo que Ernie, Al y Nathan persiguen es mayormente la fuerza, la decisión de la que carecen.
Y es que la propia técnica narrativa, los elementos formales, es la segunda cosa relevante, y quizá la más llamativa, de Juego de manos. Se ha calificado de formalista a Lutes hasta la saciedad, y se hace evidente al lector de esta novela gráfica primeriza que el de Nueva Jersey comienza viaje repleto de recursos técnicos. Lutes no es exactamente un virtuoso del dibujo, ni falta que le hace. Es un virtuoso del lenguaje de la historieta y, emulando el estilo del mejor cómic francobelga, ejecuta aquí una planificación ordenada y precisa, de elegantes transiciones y amplia variedad de planos, que impone su ritmo ágil y constante.
Emocionante, deliciosa, refinada, lejos de las supuestas carencias de todo primer trabajo, Juego de manos permanece como un debut singular y sorprendente que no sólo se lee con agrado, sino que se relee con deleite.

Javier Fernández