17 agosto 2009

SUPERMAN EN ESENCIA

Título: ALL STAR: SUPERMAN
Autor: GRANT MORRISON (guión) y FRANK QUITELY (dibujos)
Editorial: PLANETA
Páginas: 304
PVP: 20 €

La alegórica portada del ahora lejano número 435 de Action Comics (mayo de 1974), obra de Nick Cardy, mostraba a un Superman ceñudo y enfurecido golpeando con sus dos puños cerrados una representación del planeta Tierra apenas mayor que la S del pecho del célebre superhéroe. Mares y continentes salían despedidos en todas direcciones y la leyenda impresa en cubierta rezaba: “¡Cuidado, Tierra! Es el día del Juicio Final cuando Superman grita… ¡Quiero destrozar el mundo!”.
Casi tres décadas y media después, la imagen dibujada por Frank Quitely y Jamie Grant para el número 10 de All Star Superman (mayo de 2008) presenta a un Superman satisfecho y sonriente que contempla otra pequeña esfera terráquea, flotando esta vez entre sus palmas abiertas e iluminando mística, casi religiosamente, el pecho y el rostro del superhéroe. No hay rótulos aquí, sino silencio. El silencio de un dios admirando sus obras.
Y es que si aquella del 74 era la estampa anodina del icono desorientado de la era post-Marvel, el retrato del superhombre a punto de cumplir treinta y seis años de existencia, esta ideada por el peculiar guionista Grant Morrison (Glasgow, 1960) es una especie de interpretación definitiva del mito, que contiene y amplifica el significado y la sustancia de todas las versiones que han forjado el icono conocido como Superman. Así, el protagonista de los doce números de la serie All Star Superman, ahora traducidos y recopilados en un solo tomo por la editorial Planeta, es la quintaesencia de un personaje diamantino pero con pies de barro que supera, quizá por primera vez en su historia, el reto de la evolución, abandonando el estado de ingenua perfección para acabar definitivamente inserto en el parnaso de los mitos.
El Superman de Morrison es un héroe intemporal, dotado de una curiosa motivación: el conocimiento inequívoco de su propia muerte, y se desenvuelve en un entorno de ciencia ficción con el aplomo y la hechura del semidios olímpico que necesita dar por terminadas doce fabulosas tareas antes de pasar a mejor vida. Pero el mundo diseñado por Morrison es también suma de la herencia de siete décadas de tebeos, teleseries, películas cinematográficas, dibujos animados y concepciones de todo tipo alrededor de la musculosa figura voladora venida del planeta Krypton. Y Morrison –asistido por el arte de Quitely y los acabados de Grant– las destila todas ellas con la certeza de que es precisamente el aroma pre-Marvel el que más justicia le ha hecho a Superman. La estructura rinde homenaje al estilo episódico y autoconclusivo y el conjunto progresa en pos de un estudiado sentido de obra, habitual en todo lo de Morrison.
Por una parte, All Star Superman pretende agotar los discursos posibles sobre Superman –y por momentos lo logra–, y, por otra, es un tebeo entretenido, elegante e imaginativo. No hay más mérito en una cosa que en otra.

Javier Fernández

12 agosto 2009

EL REY DEL CÓMIC 2

Título: KIRBY, EL REY DE LOS CÓMICS
Autor: MARK EVANIER
Editorial: ROSSELL
Páginas: 224
PVP: 49,95 €

Cuando se crea el universo Marvel, a comienzos de la década de 1960, Jack Kirby (Nueva York, 1917-California, 1994) posee ya una larga carrera como dibujante. Su trabajo previo es el de un esforzado autodidacta que ha asimilado muchos de los aspectos estéticos de los gigantes del cómic de prensa –los Foster, Raymond o Caniff– y que ha ido desarrollando un sabor propio en comic-books y tiras de prensa de todo tipo de géneros.
La edición en español del trabajo realizado por Kirby durante los años 50 es escasa y bastante errática. Aún así, existen muestras significativas, como la magnífica recopilación de tiras del serial Sky Masters of the Space Force publicada pulcramente por Glénat –y que se beneficia del estupendo entintado de Wally Wood–, algunos ejemplos de cabeceras de tebeos en los que se intuye el potencial posteriormente aplicado en Marvel –particularmente los episodios de Challengers of the Unknown, una suerte de precedente temático y estilístico de Los cuatro fantásticos editado por DC– y las historietas de monstruos y seres sobrenaturales que marcan la transformación de la editorial Atlas en Marvel Cómics.
Con todo, sin la decisiva participación de Kirby en Marvel, su firma difícilmente habría alcanzado el estatus de Rey del Cómic. Junto a Stan Lee, Kirby es el responsable de la creación de casi todos los personajes clásicos de la editorial neoyorkina. La masa, El hombre de hierro, Thor, Los vengadores, La patrulla-X, Daredevil o los citados Cuatro fantásticos nacieron en su paleta de dibujo, y Kirby no es sólo el responsable de su aspecto visual sino de toda una forma de expresión basada en el dinamismo exacerbado y un característico uso del volumen y la composición de página. Apoyado por un puñado de entintadores entre los que destacan Joe Sinnot y Vince Colleta, la línea de Kirby adquiere en Marvel una cualidad inusitada y su narrativa se despliega hasta el límite, convirtiéndose en el lenguaje gráfico por excelencia de los superhéroes. La agilidad, el sentido épico, el gusto por las cosmogonías y los enfrentamientos cósmicos, el cuidado diseño de personajes y ambientes –en los que destaca la visión de tecnologías monumentalmente deformadas– y el incesante contraste entre estéticas primitivas y futuristas son algunos de los rasgos más fácilmente identificables en la herencia de Kirby, que se extiende imparable década tras década.
En su retorno a DC, a comienzos de los 70, así como en su breve regreso a Marvel en 1976, Kirby es ya venerado como el gran demiurgo del género. Luego vendrían los años de decadencia, amargos y teñidos por la inaceptable falta de respeto mostrada por Marvel hacia su obra y su figura, y una última explosión creativa ocurrida dentro del panorama independiente que, pese a su escasa relevancia, muestra a las claras la infinita imaginación de uno de los pilares recientes de la historia del cómic.

Javier Fernández