07 mayo 2009

EL RETRATO DE LA MILICIANA

Título: LINA ODENA. PALABRAS (DE) MAYORES
Autor: JORGE GARCÍA (guión) y CARLOS MAIQUES (dibujo)
Editorial: DEBARRIS y FUNDACIÓ PERE ARCADIA
Páginas: 48
PVP: 12 €

Lina Odena. Palabras (de) mayores es la peculiar e interesante representación en cómic de la que fuera, entre otras cosas, militante del partido comunista, secretaria general de las Juventudes Comunistas de Cataluña, candidata al Parlamento de la República en 1933, miliciana, heroína y mártir de la causa antifalangista.
Realizado por encargo de la Fundació Pere Arcadia, el tebeo en cuestión está escrito por el guionista y crítico de tebeos Jorge García (Salamanca, 1975), coautor de Cuerda de presas (Astiberri, 2005) y Hacerse nadie (Ariadna, 2007), ambas dibujadas por Fidel Martínez, así como de Las aventuras imaginarias del joven Verne, dibujada por Pedro Rodríguez y ganadora del premio Josep Coll de historieta (Glénat, en prensa).
Al guión de García hay que reconocerle compromiso y solvencia, así como un esfuerzo de ordenamiento y síntesis de la extensa y complicada información histórica manejada, no en vano Palabras (de) mayores nos transporta a una de las épocas más convulsas de la historia de España, repleta de simulacros políticos, conflictos civiles y cambios de régimen. García, licenciado en Historia, muestra un país en descomposición, con Cataluña como ejemplo de las aspiraciones republicanas de los diversos territorios de la nación, y es precisamente en este retrato en donde el tebeo alcanza mayor interés, al convertirse en una especie de reportaje –una fotonovela, por momentos– que informa al lector de la cruda realidad de los hechos. Sin embargo, la estrategia narrativa del relato, heredera del Hernández Cava más melodramático, se supedita a la búsqueda de una forzada inspiración poética y al uso lapidario del diálogo, sacrificando la naturalidad y obviando las motivaciones de los personajes. Uno lamenta que García no haya profundizado en la psicología de la figura central, o que no se decante por explotar las fallas esbozadas en la obra, como el viaje de Lina a Moscú en 1931 o el supuesto suicidio de la protagonista, ocurrido el 14 de septiembre de 1936. Con todo, el trabajo de García, ajustado al encargo, alcanza personalidad propia y es meritorio y valioso.
Otra cosa es el grafismo. El dibujo de Carlos Maiques (Valencia, 1971) es sencillamente delicioso. Emparentado con la estética que ilustra, precisamente, algunos de los mejores trabajos de Cava, la de un Federico del Barrio o un Ricard Castells, el autor de Gracias por su visita (Sins Entido, 2001) se apoya en una cuidada composición de página y en la ductilidad de la línea, y fabrica sugestivos ritmos visuales mediante el entintado manual de los marcos de la viñetas y la eliminación de los mismos, contrapone la mancha de tinta al blanco de la página, dominante en la imagen, e incluye diversos fotomontajes, todo ello para ofrecer una hermosa experiencia plástica que, desde aquí, me permito recomendarles.

Javier Fernández

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