19 enero 2009

TÚ LLEGARÁS MUY LEJOS

Título: Una temporada en el infierno
Autor: Beto Hernández
Editorial: La Cúpula
Páginas: 132
PVP: 18 €

Una temporada en el infierno, la novela gráfica de Beto Hernández (California, 1957) recientemente publicada en nuestro país, es un claro ejemplo de la mejor tradición narrativa estadounidense de fábulas y alegorías morales, que tantas obras significativas ha aportado a la historia del medio y que junto con la sátira política o social y la ficción propagandística conforman el grueso de la producción tebeística de aquel país.
Del fundacional Yellow Kid de Outcault al Agujero negro de Burns, pasando por los míticos cómics de la E. C. o los mismísimos tebeos de superhéroes, la historieta norteamericana ha sido frecuentemente un vehículo de representación de los valores sociales y económicos de la autoproclamada tierra de la libertad. En el peor de los casos, el mensaje subyacente es el mero dictado de lo políticamente oportuno, una forma de adoctrinamiento, de imposición estética de las ideologías consideradas positivas en cada momento. Así, las arengas patrióticas de, por ejemplo, Milton Caniff en su celebrada y genial Terry y los piratas durante los años de la segunda guerra mundial encuentran ahora su continuación en las lágrimas de todo un genocida como el supervillano Doctor Muerte en las páginas de Amazing Spider-Man al contemplar la caída de las torres gemelas de Nueva York durante el 11-S o, siguiendo con el hombre araña, en la aparición victoriosa y amable de Obama en la cubierta de uno de los números recientes del trepamuros.
En el otro extremo, la voluntad política se concreta no en la realización de resúmenes oficiales o gubernamentales sino en el genuino cuestionamiento de los límites éticos, en un trabajo de subversión de los símbolos aceptados irreflexiva o bienintencionadamente y la ruptura de los estereotipos que cimentan el estatus quo. Bajo esta óptica, los trabajos contraculturales de autores como Crumb o Spain continúan la necesaria y controvertida labor de ensanchamiento y refutación de los géneros realizada por los Kurtzman, Krigstein o Craig en la década de 1950, y es precisamente en este linaje en el que se inscribe la desasosegante novela gráfica de Beto Hernández, sin duda su pieza más notable desde la colosal Río Veneno.
El lector de Una oportunidad en el infierno es introducido directamente en el doble ámbito de la novela moral y de la serie B. Ese dibujo naif de la niña que nos mira inexpresivamente desde la portada del libro mientras sostiene su maleta y su bolsa de viaje, apostada de noche bajo una farola junto a un par de prostitutas, declara una filiación directa con las novelitas populares y es la antesala de los diversos e intercambiables infiernos por los que habrá de transitar la protagonista en su escalada social desde el basurero en que transcurre su infancia hasta alcanzar la, en apariencia, idílica vida matrimonial.

Javier Fernández




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